sábado, 27 de noviembre de 2010

Romper con el modelo

. En una sociedad capitalista, el ciudadano se mide por lo que consume. El fútbol es un fenómeno social y cultural en el que el ser humano se manifiesta a través de sus conductas pasionales. Pueden ser buenas o malas, pero sin duda, el mechandising potencia y condiciona el sentimiento hacia el deporte más popular del mundo.

Sin embargo, siempre aparece un rebelde, aquel que rompe con las reglas del juego. Una táctica que no figura en ningún libreto, que deja atónitos a propios y extraños. Como Winston Smith en un Londres dominado por el Gran Hermano y el comunismo como único partido, el entrenador de arqueros del club Acassuso, Guillermo Crudo, ingresó al campo de juego y evitó un ataque de Comunicaciones ante el conjunto de Boulogne.

El auxiliar de Acassuso se expuso de tal modo que se transformó en el hombre más buscado por los diferentes medios de comunicación, entre ellos la telepantalla. De la misma nanera que en 1984, la novela de George Orwell, todo está controlado por la máxima autoridad de la AFA, el Tribunal de Disciplina, que impartió una sanción bastante dura: suspensión de una semana sin goce de sueldo y, además, el entrenador de arqueros quedó relegado provisionalmente.

Guillermo Crudo reconoció que se equivocó y ofreció sus disculpas a la gente de El Cartero, pero considera que no merece un brutal castigo, él no es el enemigo a vencer. A pesar de la oportunidad de realizar su descargo formal quebró la ley y el orden del Ministerio del Fútbol y la sanción será irreparable.

De esta forma, el empate en uno entre Acassuso y Comunicaciones fue una mera anécdota, porque la mayor incidencia del encuentro recién estuvo en el epílogo, cuando se jugaban 48 minutos del segundo tiempo.

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